Reseña: Buuuh! de Iosi Havilio

Buuuh! de Iosi Havilio (Entropía, 2023)



por Emilio Jurado Naón

Buuuh! de Iosi Havilio es una sucesión de más de 1500 apartados breves entre los que se cruza y superpone la escritura de dos diarios simultáneos: uno de ficción, que adelante el subtítulo “Diario de un rodaje”, anota la realización de una película internacional en Punta Indio durante una invasión extraterrestre; el otro, presumiblemente, es el diario de escritura de este último. La mayoría de las entradas consiste en apenas una línea –una primera persona que puede atribuirse a cualquiera de los dos diaristas, o bien parlamentos de los personajes que integran el equipo–, aunque algunas cobran un caudal narrativo mayor y desarrollan escenas, personajes y situaciones centrífugas.

Poco importa glosar la trama porque, si existe un mínimo interés narrativo en Buuuh!, este consiste en frustrarlo y, al mismo tiempo, señalar tal pretensión como imposible o indeseable: “Pierdo el hilo de la trama […] ¿Qué trama?”; “¡Qué paja la cronología!”; “Esto no es una novela” son algunas de las reflexiones que subrayan la voluntad antinarrativa de Havilio. 

Si bien escribir contra el relato, los géneros y el sentido no es algo novedoso en sí, es cierto que tampoco hay por qué pedirle innovación a todos los textos. Lo que sorprende en el caso de Buuuh! es que se aviene menos a desarrollar una propuesta propia que en interrumpirla mediante constantes valoraciones y evaluaciones en relación a cómo debería ser leído. Son varias las hipótesis que Buuuh! va tanteando a lo largo de las páginas para definir su propia dinámica: las tensiones y superposiciones entre literatura y vida; los tipos de escritores según su certeza y control sobre lo que narran; el crecimiento espiralado de la glicina; un diagrama en el que se entrecruzan las líneas del relato; dudas acerca de la validez de usar Wikipedia; las capas de la cebolla similares a las láminas que componen a los alienígenas invasores. No es esta búsqueda lo que obtura la lectura del libro (al contrario, si se tratara solo de una sucesión de figuras y reflexiones sobre la escritura, sería mucho más rico), sino la reincidente preocupación por cómo será valorado.

Desde conmiseraciones hacia el lector penitente (“Estás leyendo cosas que preferirías no leer. Lo lamento.”) hasta ataques preventivos contra el juicio de valor (“¿Bueno? ¿Malo? No me digas que todavía te manejás con esas oposiciones. Hablás como si creyeses en el sujeto, el conocimiento y la ética. ¿No serás un idealista, vos, no?”) alternados cada tanto con algún ejercicio poco agraciado de pedantería (“Todo esto sería una trampa atrapa sueños. Atrapa cucas. Atrapa expertos”); lo que en un comienzo puede entenderse como un texto hiperconsciente de sus procedimientos pronto pasa a mostrarse como inseguro hasta la exasperación.

No hay interés en indagar acerca de las condiciones de producción de este diario –la rigurosidad o pereza que acompañaron cada una de sus entradas quedan reservadas al plano especulativo. Sin embargo, ciertos aspectos del texto atestiguan el bajo grado de riesgo que está dispuesto a asumir: el cliché de que, en el fondo, se trata de otro diario de cuarentena (“Sí, por supuesto, todo esto que pasa, pasa mientras pasa la peste”); el rápido abandono de la propuesta realista a cambio de un flojo abordaje de la ciencia ficción; un trabajo de la oralidad que descansa en estereotipos coloquiales.

Pero quizás lo que mejor representa la ausencia de riesgo en Buuuh! es la consolidación de la frase corta como unidad mínima. Distraído en su pretensión vanguardista contra el sentido, Havilio se refugia en el formato tuit; descontextualizada, pagada de sí misma, efectista, la operación del texto se mimetiza con una de las formas verbales más cristalizadas de nuestra época sin ningún tipo de contradicción. Quizás distraído en disputas vetustas con la narratología y en controlar su recepción, Havilio descuida cualquier reflexión con los modos contemporáneas de la comunicación, se pliega a lo que viene dado y termina produciendo un libro cómodo, sin riesgo, ya leído.

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Publicada en Ñ (Clarín) el 16 de febrero de 2024 con el título "Una glicina que se enrosca en sí misma".




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